El Poder del Perdón: Transforma tu Vida y Encuentra la Felicidad
Más de alguna vez, he escuchado la frase: «yo nací así, y moriré así», y también la frase «ya soy muy viejo para cambiar, moriré así». Y sí, efectivamente hay gente que crece aprendiendo a ser de una forma, y literalmente, mueren siendo así, sin cambiar en casi nada a lo largo de toda su vida. ¡Es impresionante!
Yo también crecí y aprendí a ser de una forma, y vaya, yo no era de la forma en la que soy ahora. Sufría mucho, tenía mucho dolor, pena, tristeza, rabia, miedos y muchos pensamientos que me atormentaban. Pero siempre había un pequeñísimo deseo por ahí, uno muy pequeño, que me motivaba a querer ser una buena persona. Y eso, me hacía hacer algunas cosas para crecer como persona. Me refiero, a tener un crecimiento interior. Así fue como empezó en esta vida mi camino de autoconocimiento.
Pero luego de muchos años en esto, ya el nivel de cambios que he hecho en mi mente es tal, que llega a ser realmente sorprendente cómo tantas personas, especialmente adultos mayores, han logrado mantenerse en un estado de sufrimiento y dolor ¡por tantos años!
Yo cambio muy rápido, pero la gente en su mayoría lo hace tan lento… y está bien, cada cual va a su ritmo, pero lo que me resulta sorprendente, es cómo hacen para mantenerse sufriendo por tantos años… Y esto lo hacen personas jóvenes y adultos.
Y es que yo antes sufría por la enormidad de resentimientos que tenía… entonces, ahora veo a alguien sufriendo por lo mismo, y le digo: «oye, perdona a quien te trató mal», y se lo digo porque solo así destruyes el resentimiento y el dolor. Y esto es obvio, que tenerle rencor a alguien no hará que el otro cambie… Y ni siquiera es un castigo ni daño para el otro. Al tener resentimientos solo te castigas y te haces daños ¡a ti mismo! ¿Lo ves verdad?
De pronto resulta tan obvio que todos queremos ser felices… pero y entonces ¿Por qué no perdonas? Es tan obvio que nadie quiere sufrir, y que si yo te diera a elegir entre sufrir y ser feliz, tú elegirías la felicidad. Es tan obvio todo esto… y entonces… ¿Por qué sigues albergando resentimientos? ¿Es que no te das cuenta de que estás eligiendo sufrir? Eso es lo que estás haciendo al no perdonar.
Finalmente, si no perdonas, no es porque no puedas, es simplemente porque no quieres. Es porque eliges el dolor en vez de la felicidad, pero no te das cuenta de la elección que haces… y así, es como algunos pasan toda su vida, en un estado de sufrimiento… y no cambian, y mueren así, con la esperanza de “ir al Cielo”, cuando es imposible ver “El Cielo” con dolor en tu corazón.
Entiéndeme esto mira. Lo único que puede cambiar en nosotros, es la cantidad de dolor y sufrimiento que tenemos en nuestra mente. Por favor créeme. Todos los cambios que he tenido en mi vida, al punto de llevarme a un estado iluminado, solo han hecho disminuir mi dolor y mi sufrimiento, y entonces, externamente parece que he cambiando radicalmente mi mente y mi forma de pensar. Pero en realidad, simplemente estoy recordando quién soy, pues Dios no nos creó con todos esos resentimientos, esos solo los creamos nosotros (es ego), alguna vez en esta vida. Dios no es culpable de nada, y entonces, lo sería yo, pero nuevamente, al perdonarme a mí mismo, toda mi culpa la hago desaparecer. Y en eso estoy. Date cuenta que hay algo en tu Ser que NUNCA cambia, y eso es lo que creó Dios y es lo que puso en tu mente (es la paz). Pero luego entonces tú (y yo) creaste todos tus resentimientos y así olvidaste esa la paz que Dios puso en tu mente. Perdonarse totalmente, es lograr el nivel espiritual de la Paz Interior ¡Eso es!
Finalmente, no cambiar, es como aferrarse a un cactus espinoso y no querer soltarlo. Elige la felicidad ¡ahora! Estamos hablando sobre tu felicidad, no sobre la mía. ¿Por qué entonces sería tan difícil decidir perdonar? Y si no sabes cómo perdonar, pues habla conmigo o con alguien que sepa hacerlo. Yo he perdonado de verdad, a un padre ausente, y muchas veces a mi madre, y a muchas personas, y realmente no me detendré. Perdonaré todo resentimiento, pues al igual que tú, yo también ¡quiero ser feliz! Y puedo ser aún más de lo que ¡ya lo soy! jeje ¡Es maravilloso! Tú también puedes. Quizás ahora entiendas este texto citado. Un abrazo!!!
«El plan del ego para la salvación se basa en abrigar resentimientos. Mantiene que, si tal persona actuara o hablara de otra manera, o si tal o cual acontecimiento o circunstancia externa cambiase, tú te salvarías. De este modo, la fuente de la salvación se percibe constantemente como algo externo a ti. Cada resentimiento que abrigas es una declaración y una aseveración en la que crees, que reza así: «Si esto fuese diferente, yo me salvaría». El cambio de mentalidad necesario para la salvación, por lo tanto, se lo exiges a todo el mundo y a todas las cosas excepto a ti mismo.»
-Un Curso de Milagros, lección 71